Los bufetes de abogados internacionales apuestan por DeepL para trabajar más rápido, minimizar riesgos y ofrecer servicios jurídicos multilingües a gran escala, todo ello sin comprometer la calidad ni la seguridad.
Los plazos de entrega de documentos se redujeron de días a minutos, optimizando los flujos de trabajo legales sin comprometer la calidad.
Los equipos jurídicos obtuvieron control total sobre la terminología y el tono, lo cual dio lugar a traducciones más coherentes y de mayor calidad.
La seguridad de nivel empresarial protege los datos confidenciales del cliente, garantizando el cumplimiento normativo y la tranquilidad.
La interfaz intuitiva de DeepL facilitó su adopción en todos los departamentos y regiones.
Descargo de responsabilidad: La siguiente historia se basa en las opiniones de varios clientes de DeepL del sector jurídico. Para proteger su labor y cumplir con la normativa, los nombres, cargos y otros datos identificativos se han cambiado o anonimizado.
En el ámbito jurídico no hay margen de error. Una cláusula mal traducida, el uso de terminología incoherente o presentar documentos tarde pueden perjudicar al cliente y aumentar los riesgos. Para las empresas internacionales que gestionan casos delicados y de gran repercusión en distintas jurisdicciones, una traducción precisa no solo es clave, sino que constituye el pilar de sus operaciones jurídicas en todo el mundo. Imagina a un abogado que tiene que preparar documentación de inmigración urgente para varias jurisdicciones, pero se ve obligado a esperar durante horas o incluso días a que un proveedor externo le envíe las traducciones; o a una jefa de operaciones que está gestionando una importante adquisición internacional y necesita traducir cientos de documentos de forma segura y estandarizada. No son casos aislados, sino la realidad de cada día.
Los equipos jurídicos requieren una forma más rápida de traducir que no comprometa la precisión o vaya en contra de la normativa vigente. Sin embargo, muchos siguen dependiendo de procesos obsoletos, como herramientas en línea gratuitas que no garantizan la seguridad de los datos, o de agencias que, con sus lentos flujos de trabajo, causan retrasos innecesarios.
«La IA no amenaza la creatividad humana, sino que la impulsa. Al encargarse del trabajo preliminar, la IA permite a los profesionales centrarse en tareas más creativas y de mayor valor».
Asociada sénior en un bufete de abogados internacional
El volumen de contenido no para de crecer, que abarca desde la documentación de inmigración y los expedientes de litigios hasta los correos electrónicos de clientes y las actualizaciones internas. Los equipos jurídicos gestionan miles de documentos cada mes, por lo que la presión aumenta sin cesar.
Los clientes exigen agilidad en las entregas, y los socios buscan expandir el trabajo internacional sin que se disparen los costes. Mientras tanto, los equipos encargados de velar por el cumplimiento normativo y la seguridad alertan sobre los riesgos de las herramientas poco fiables. Esto obliga a muchos abogados a escoger entre la rapidez, la calidad o la seguridad, lo cual es un problema.
De hecho, muchos bufetes ni siquiera cuentan aún con una estrategia de traducción acorde. Tal y como señaló una de las jefas de operaciones jurídicas de una empresa multinacional, la gestión de las traducciones no suele estar coordinada: algunos equipos utilizan herramientas gratuitas sobre la marcha, mientras que otros recurren a glosarios propios sin ningún control centralizado. Casi nadie sabe bien qué se está traduciendo, si es un proceso seguro o si cumple con la estricta normativa interna.
En lugar de obligar a los abogados a adoptar engorrosos flujos de trabajo, los equipos jurídicos apostaron por DeepL, ya que se integra a la perfección en su forma de trabajar. Con una aplicación de escritorio simple, atajos de teclado intuitivos, acceso web seguro y hasta integración en Microsoft, DeepL se acopla a la perfección en el trabajo jurídico diario. Basta una sola herramienta para traducir la cláusula de un contrato, revisar expedientes o contestarle a un cliente de forma sencilla.
La facilidad de uso es clave: los profesionales jurídicos no tienen tiempo que perder. No quieren tutoriales ni sistemas complejos, solo una herramienta que sea rápida y fiable. Y ahí es justo donde DeepL marca la diferencia: se adopta de forma tan rápida, que su uso aumenta de forma orgánica en todos los equipos.
DeepL cumple con los estrictos requisitos de seguridad y las normativas que exigen los equipos jurídicos. Todas y cada una de las traducciones están cifradas de extremo a extremo de forma predeterminada, y las empresas tienen el control total de la terminología con los glosarios. El acceso a la API permite integrar la traducción en los sistemas internos, y las opciones de implementación para empresas ofrecen a los equipos informáticos un control y visibilidad absolutos.
Esta combinación supone un antes y un después para las empresas que gestionan asuntos multilingües en diferentes jurisdicciones. Un gestor de productos destacó que la implementación «duró menos de dos días», porque la mayoría de los documentos no críticos de los clientes ya se procesaban a través de DeepL. Los equipos pueden trabajar más rápido sin comprometer la seguridad y el control. Además, las traducciones coherentes contribuyen a reducir considerablemente los riesgos legales.
«Es como si un compañero te hiciera un primer borrador; dejas el 80 % del trabajo listo y te puedes centrar en las tareas creativas que de verdad aportan valor. Eso es exactamente lo que hacen la IA generativa y las herramientas de traducción con IA: aceleran los procesos y permiten a los profesionales innovar».
Asociada sénior en un bufete de abogados internacional
Desde demandas y registros de empresas hasta las comunicaciones internas, DeepL se adapta a la gran variedad de casos de uso jurídicos:
Tanto si se trata de una abogada que gestiona un caso internacional como de un departamento completo que quiere optimizar sus procesos, DeepL se adapta a las necesidades de la empresa para mejorar la eficiencia.
Con DeepL, los equipos jurídicos pueden reducir los plazos de traducción de días o semanas a tan solo unos minutos, sin sacrificar la calidad. Se acabó depender de proveedores externos para gestionar contratos, trámites o la comunicación con los clientes. Los equipos pueden ahora encargarse de todo por sí mismos, al instante.
Además, todo el tiempo que se ahorra se nota enseguida. DeepL acaba con los retrasos que antes lo ralentizaban todo, ya sea al incorporar un nuevo cliente, responder a un regulador o cerrar un acuerdo multilingüe.
«Lejos de reemplazar a las personas, la IA potencia sus habilidades. Con la IA generativa (ya sea para redactar textos o traducirlos), el trabajo se agiliza entre un 80 y 90 %, y solo es necesario el toque humano para perfeccionarlo. No es un mero recurso de automatización, sino una herramienta que empodera a las personas para que consigan resultados aún mejores».
Asociada sénior en un bufete de abogados internacional
Al internalizar las traducciones, las empresas no solo se benefician de una mayor rapidez, sino que consiguen un control total. Con DeepL, pueden definir, aplicar y gestionar términos clave de forma coherente, para garantizar así que se cumplan los estándares internos en todo momento. A su vez, esto reduce el riesgo de que haya malentendidos y asegura que el contenido siempre resulte profesional y congruente en cualquier idioma. Además, gracias a la seguridad de nivel empresarial integrada, las empresas nunca tendrán que elegir entre productividad y protección.
El aspecto más importante es probablemente que los equipos jurídicos ya no ven la traducción como un obstáculo. La traducción impulsa el negocio, abre nuevas oportunidades de trabajo y permite atender a clientes internacionales y crecer más rápidamente en un mercado competitivo.
Este cambio está transformando radicalmente el trabajo jurídico en todos los niveles, desde el de los becarios hasta el de los abogados especializados o los directores de informática. Así, pueden dedicar más tiempo a los análisis jurídicos de mayor valor y menos en logística, a la vez que los clientes se benefician de respuestas más rápidas, una comunicación más clara en su lengua materna y una colaboración internacional más fluida.
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